Lo que implica reducir maestros a la docencia en centros de alta complejidad
Miquel Gené y Molins es licenciado en Ciencias Geológicas y profesor de Ciencias Naturales en secundaria.
Unos 250 centros de Cataluña cambiarán de tipología de centro el próximo curso, perdiendo la categoría de Media alta, Alta o Muy alta complejidad. Esto, que en principio es una buena noticia, implica la pérdida de recursos humanos necesarios en un momento crítico por el Sistema Educativo. En el caso de un instituto de secundaria de dos líneas de Muy alta complejidad se recortarán 3,5 profesores/se (el 10% del claustro), y en una escuela de infantil y primaria se perderán hasta 4,5 maestros (el 13% de maestros) con el mismo número de alumnos el próximo curso. También se eliminarán profesionales TIS y recursos pedagógicos y económicos a que tienen derecho estos centros.
Este cambio de tipologías de centro, anunciado el pasado día 20 de mayo a las direcciones de los centros afectados, se ha hecho a partir de una nueva metodología de clasificación (Querol, 2021), propuesto por dos profesores de la Universitat de València, aplicando un método llamado Keener. Esta nueva metodología determina un cambio repentino de la clasificación del conjunto de centros de Cataluña (fig.1).
Es necesario un aplazamiento de la aplicación de los recortes que provoca la nueva clasificación con este método dado que:
- El cambio de clasificación implicará la disminución de recursos en muchos centros educativos, muy necesarios dado el actual estado de emergencia sanitaria y social que no está prevista en el informe mencionado.
- El cambio se basa en datos del 2018-19, como dice el mismo informe, y por tanto no recoge la realidad, ni del actual curso ni del próximo, muy agraviada por la situación de crisis asociada a la pandemia y que afecta gravemente a los niños y jóvenes y a sus familias a todos los niveles, sanitario y económico.
- Las ponderaciones de los criterios aplicadas para clasificar los centros no están justificadas y pueden ser erróneas. Se da el caso que en un centro se le puede otorgar la categoría estándar, por lo cual se le recortarán las horas de mejora a la atención del alumnado y se perderán docentes a pesar de tener un 35% de alumnado con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NESE) el próximo curso. Hace falta un proceso participativo para redefinir las ponderaciones de los criterios, con representantes de los profesionales de la comunidad educativa con conocimiento de la realidad de sus centros.
A falta de datos oficiales y aclaraciones del Departamento de Educación respecto de estas medidas, se puede avanzar que el recorte de docentes y recursos podría afectar unos 250 centros, el 7,8% de 3.208 centros públicos de infantil y primaria y de secundaria, estimación hecha a partir de los datos de la misma publicación del Departamento de Enseñanza con la nueva metodología de clasificación (Querol, 2021): haciendo la diferencia entre el porcentaje de centros de Media alta (30,1%), Alta (15,58%) y Muy Alta Complejidad (8,15%) de la clasificación antigua (tabla 1) y los porcentajes de centros de Media alta (25,9%), Alta (14%) y Muy Alta Complejidad (6,4%) de la nueva clasificación con el método Keener (tabla 2) el balance final es de -7,8% de centros clasificados en estas categorías (no se pueden hacer las diferencia con el número absoluto de centros de cada mesa porque el total de centros de las dos mesas no coincide). Él cálculo de horas en concepto de mejora de la atención al alumnado de ESO, se hace en función de estas clasificaciones (punto 2.3 de la Resolución de los criterios por la confección de las plantillas). Este hecho determina que un 7,8% del centros, según la estimación anterior, perderán horas de atención al alumnado y, por lo tanto, docentes en sus centros.
Esta pérdida de recursos se añadirán a los recortes soportados desde el 2010, donde el porcentaje dedicado a Educación ha pasado del 4,5% del PIB, al 3,6% según IDESCAT, y ha incumplido sistemáticamente la “Ley de Educación de Cataluña” del 2009 (LEC), y las demandas de revertir los recortes. La Fundación Bofill ha advertido, hace unas semanas en la presentación de su Anuario 2020, de la necesidad de hacer más inversiones y políticas de equidad para cambiar la tendencia de estancamiento y pérdida de competencias del alumnado de los últimos tres años. El informe destaca negativamente que se mantenga el mismo gasto del Departamento de Educación de hace diez años con 150.000 alumnos más en las aulas.
Dadas las circunstancias de emergencia social y sanitaria hay que evitar la aplicación de cualquier cambio que reduzca los recursos destinados al Sistema Educativo. El Sistema Educativo es básico en la lucha contra los efectos de la pandemia, y necesario para apoyar a uno de los sectores de la sociedad más vulnerable: la infancia.
*Querol Puig, E. (2021); ‘Nueva clasificación de los centros educativos segundos la complejidad’; Consell Superior de Evaluación del Sistema Educativo, Departamento de Educación, Generalitat de Catalunya.
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